Al soñar con mi celebración nupcial, tenía ideas muy claras sobre los elementos que, para mí, eran sumamente importantes: experiencia culinaria y arreglos AUNO, pero lo más importante era encontrar esos detalles que reflejaran nuestra esencia como pareja
Verónica Arosemena. Fotos por Franz Pavan @franzpavan
Mi esposo tiene la particularidad de que nació en un país, estudió en otro y se desarrolló profesionalmente en otra nación; por lo que esa riqueza cultural deseaba reflejarla en el menú de nuestro big day, así fuera solo en los aperitivos.
La propuesta culinaria también se fusionó con la escena mágica de nuestro matrimonio: Boquete, Chiriquí, cuyas tierras altas ofrecen los vegetales más frescos, el mejor café geisha del mundo, carne de altísima calidad y sabor, en fin, nos regalaba la posibilidad de contar una grata historia que hiciera vibrar el paladar de nuestros invitados.
Otro punto importante en nuestra celebración era que la mitad de los invitados venía de otras latitudes; por lo que nos pareció una maravillosa idea crear una experiencia cultural gastronómica que mostrara lo mejor de Panamá.
Así que recibimos a los invitados con un cóctel de bienvenida y una degustación del café geisha de Altieri Coffee, además de cervezas artesanales de Brewing Company. Las boquitas que pasamos en ese momento incluían tequeños y arepitas para celebrar el país de nacimiento de mi esposo, y salchichas alemanas para hacer homenaje a su lugar de estudios.
Para el menú de cena, tuve la suerte de contar con un gran asesor gastronómico y amigo: Jorge Chanis, quien me ayudó a crear un menú típico boqueteño en versión gourmet. Con esta idea entre manos, ofrecimos de carne un filete chiricano, pero ahumado en leña con un chimichurri de kale y muchas hierbas del huerto orgánico del hotel.
No podía faltar la Trucha, que es el pescado típico del área, con una salsa cítrica de las naranjas chiricanas; en vez de poner paella, que se acostumbra en muchas fiestas, creamos un guacho con frijolitos chiricanos que quedó del otro mundo, y así fuimos poco a poco con todas las guarniciones. ¡Claro! Todos los vegetales y coloridas verduras de tierras altas no pudieron faltar y fueron parte integral de esta selección.
Para terminar la experiencia con un toque único, decidimos irnos por una versión alternativa para la mesa de postres; por lo que trajimos una de las mayores atracciones de Boquete a la fiesta: Fresas Mary, marca que creó una estación llena de sus especialidades, para que cada invitado pudiera probar sus famosas fresas con crema, natilla, nutella, leche condensada y demás opciones. Complementamos esta selección con dulces típicos de café, naranja y fresas, que terminaron de cerrar esta vivencia con broche de oro.
Pero como una fiesta no es solo comida, nuestro decorador y planner Carlos Martínez, de @decoydetalles, me complació trayendo todo el verdor de Boquete adentro del salón de fiestas, para que diera la impresión de que todos estábamos en un bosque encantado. A la música, le añadimos un toque roquero con una banda que puso a saltar a todos y, para mantenerlos inspirados, como buena exembajadora de The Macallan, este preciado single malt se hizo presente, al igual que una fina champaña francesa, vodka, ron, ginebra y vinos.
Espero que este relato personal de mi boda te sirva de inspiración para tu big day y te atrevas a incorporar toques especiales y distintivos que reflejen tu esencia y la de tu pareja. Recuerda que este es uno de los días más especiales de tu vida, por lo que festejarlo con estos pequeños detalles harán que tu celebración nupcial sea realmente memorable.
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