De niña soñaba con muchas profesiones: veterinaria, doctora, policía…, ideas que enlazaba tocando varios instrumentos musicales hasta que, a los 16 años de edad, decidió que esto no sería un pasatiempo, sino su verdadera vocación; por ello, no lo dudó dos veces a la hora de estudiar producción musical e ingeniería de sonido en los Estados Unidos y alistarse en los estudios de grabación del percusionista y productor Tony Succar en Miami. Fue así como logró un destacado reconocimiento en la 67.ª edición de los Grammy Awards: el premio en la categoría Mejor Álbum Tropical Latino, donde participó como recording engineer en el álbum Alma, Corazón y Salsa, justamente, de Tony y su mamá Mimy Succar

Dulce Pérez Colmenárez. Fotos por cortesía de ADS Signatura. Foto del estudio de grabación por @jamesloganfotografia
María Laura creció rodeada de música católica, ya que su mamá Marinell Chen de Castillero dirige el coro de la parroquia San Lucas Evangelista en Ciudad de Panamá. Luego descubrió el rock, que le fascinó por años, pero, con el tiempo, fue encontrando su verdadera identidad en la salsa y la música tropical. “Es el género que más me apasiona y al que, hasta ahora, he dedicado mi carrera profesional”.
Sin embargo, no todo ha sido fácil para María Laura, ya que ha aprendido a superar uno de los principales desafíos que exige el mundo de la música: “Ganarme el respeto en una industria dominada mayormente por hombres. Solo el 3% de los productores e ingenieros de sonido es mujer, lo que significa que, muchas veces, he tenido que esforzarme el doble para ser tomada en serio. Sin embargo, lo he enfrentado con trabajo duro, preparación y confianza en mis habilidades. En lugar de dejar que las experiencias negativas me desmotiven, las uso como combustible para seguir creciendo y demostrando que el talento y la dedicación no tienen género”.
“Mi familia ha sido fundamental en mi carrera. Siempre ha creído en mi talento y me ha apoyado en cada paso: desde mis estudios hasta los momentos más importantes de mi vida profesional. Sin su respaldo, el camino habría sido mucho más difícil y, probablemente, más largo. ¡Estoy muy agradecida por todo el amor y apoyo que me ha dado!”
Gracias a esta filosofía, logró un gran reconocimiento como lo fue obtener, recientemente, un Grammy en la categoría Mejor Álbum Tropical por su trabajo como ingeniera de sonido. “Fue un momento indescriptible, porque sabíamos cuánto esfuerzo y corazón le habíamos puesto al álbum Alma, Corazón y Salsa de Tony y Mimy Succar. Ver nuestro trabajo reconocido a ese nivel fue muy emotivo y una confirmación de que todo el esfuerzo ha valido la pena”.
Y es que María Laura, con solo 22 años de edad, ha logrado construir una impecable disciplina a la hora de comenzar un trabajo de producción. “Para mí, la clave está en la organización y la gestión previa; por ello, preparo la sesión y trato de llegar descansada, ya que, por lo general, estas rutinas duran más de lo previsto. Además, mantengo un ambiente de trabajo en el que pueda concentrarme y en donde, tanto el artista como yo, podamos fluir”.

Técnica exitosa que le permitió crear un genial trabajo con los artistas peruanos Tony y Mimy Succar. “Trabajar con ellos ha sido un sueño hecho realidad. Para mí, representan el presente y el futuro de la salsa. Más allá de ser unos artistas increíbles, son unos mentores excepcionales. Especialmente, aprender de la visión de Tony, su disciplina y manera de trabajar, me ha hecho crecer muchísimo como productora e ingeniera de sonido. También me ha permitido entender mejor el género y desarrollar mi propio estilo dentro de la música tropical”.

Ahora, con un Grammy dentro de su carrera profesional, María Laura no solo agradece la visibilidad que ha ganado, sobre todo, en Panamá, sino el demostrar que ella es una prueba real de lo que los jóvenes pueden lograr al amar la música. “Si te apasiona tanto la industria musical como a mí, te digo que nunca dejes de aprender y de trabajar en tu arte. Este rubro es muy competitivo, pero si eres disciplinado, perseverante y te rodeas de las personas correctas, las oportunidades llegan. También es importante estar abierto a la evolución y no tener miedo de salir de la zona de confort”.
Y, justamente, siguiendo a pie de letra sus creencias, hoy sigue más motivada a la hora de explorar sonidos innovadores y aprender nuevas tendencias. “Me gusta trabajar con artistas diferentes y estar atenta a lo que está pasando en la industria. También encuentro inspiración en mi entorno, en mis experiencias personales y en los desafíos que enfrento”.
“Panamá tiene muchísimo potencial y es importante que sigamos impulsando nuestra música y apoyándonos mutuamente. No hay límites para lo que podemos lograr si trabajamos con pasión y dedicación”
Uno de esos retos es la producción de nuevos proyectos con artistas noveles en el género tropical, además de seguir expandiendo su trabajo y colaborar con más músicos de diferentes países. “Me entusiasma la idea de sentir que, con mi trabajo, aporto en la evolución de la salsa y la música latina”.
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