De manera natural y “sin querer”, Rafaella se fue introduciendo en nuestros corazones al mostrarnos en su Instagram fracciones de su vida. Con ella, queremos ser glamorosas, las madres perfectas y las esposas apasionadas. “Nunca tuve planeado ser blogger o crear contenido como trabajo. Simplemente, comencé a compartir partes de mi día y conectar con personas en redes que se identificaran conmigo. ¡Así se creó una comunidad superbonita!”.
Dulce Pérez Colmenárez. Fotos por Laura Toro @lauratorophotography
“Happy mom = happy kids/ happy husband! Siempre tengo esta frase en mente, ya que me motiva a darme prioridad a mí misma, sobre todo, cuando se tata de mi salud física y mental. Todas las mañanas hago ejercicio temprano y me tomo mi café sola (risas). Eso ya es la receta perfecta para empezar el día con un buen mood”.
Con este genial y extrovertido consejo comenzamos a conocer a Rafaella, una exitosa influencer cuyo secreto se basa, justamente, en ser genuina. “Me esfuerzo para hacer las cosas bien, ¡sí!, pero si no es real para mí o no me identifico con algún producto/colaboración, sencillamente, digo que no. Todas las contribuciones que veas en mis redes es porque comparto los gustos, ideales y valores de la marca con la que trabajo. Esa es la clave para mantenerte auténtica: ser sincera contigo misma y con los demás”.
Otro detalle importante es no perder el sentido de compromiso con el público; por ello, “hay que pensar dos y tres veces antes de publicar algo: ¿quién está viendo?, ¿es necesario?, ¿aporta algo bueno? Una parte de mi audiencia está conformada por adolescentes entre 13 y 15 años de edad. Siento una gran responsabilidad al influir en ellas, por lo que siempre trato de llegarles de manera positiva —esas son mis followers favoritas: ¡mis sobrinitas! (risas)—. Así tengo una oportunidad para guiarlas a que sean niñas buenas y en algún sentido pienso en la palabra ‘elegante’”.
También sus seguidores sienten su gran carisma cuando muestra sus facetas de madre y esposa. De esta forma, nos enseña que, aunque suene difícil de creer, sí se puede hacer todo bien programado y en armonía. Un tip que nos brinda es que ella trata de hacer, en el día, la mayor parte de las actividades programadas, mientras sus hijos están en la escuela y su pareja en el trabajo. Sus tardes, en su mayoría, son dedicadas a ellos. ¡Y se lo goza!
“¡Mi esposo lo es todo! Tengo la bendición de haber encontrado el amor de mi vida y mi mejor amigo en su persona. Si él está, todo se siente en balance. Si estoy ocupada en producciones, él se encarga de estar con los niños —y si no puede, siempre está pendiente de ellos—. Me motiva a hacer lo que me gusta y sin quejas —bueno, a veces, con críticas constructivas (risas)—”.
En cuanto a su rol de mamá, nos confiesa que “suena cheesy y un clásico, pero, honestamente, desde que nacen tus hijos, naces tú de nuevo. El mundo lo ves diferente, con otras metas y prioridades. Y así como ellos van creciendo, tú también lo haces como persona. Vas experimentando de tus errores en todos los nichos de tu vida, a fin de ser la mejor versión para ti misma y tu familia. Vas aprendiendo a balancear todo en la vida —o tratando al menos (risas)—. ¡Balance is key in life!”.
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