Llegamos a San Francisco, barrio reconocido por su vasta oferta gastronómica con un sinfín de opciones para todos los gustos, por lo que debes llegar aquí con tus objetivos bien definidos para que no te pierdas en el camino —créanme que con la cantidad de restaurantes y food trucks del área es fácil caer en tentaciones
Por Ricardo Guillén Cantagalli. Fotos por Roberto Velarde | @robertovelarde_
Arrancamos con un rico café y una buena conversa. En esta ocasión, le damos campanazo de salida a este Tour Clásico desde Krume Backer, una panadería 100% artesanal que recién abrió sus puertas, inspirada en las tradicionales panaderías austríacas.
Al cruzar sus puertas no solo te recibe el delicioso aroma de pan recién horneado, sino que también te encuentras con un espacio que de seguro te hará sacar tu celular para capturar una foto. El ambiente y la decoración no tiene igual: mosaicos rojos, baños rosados, larga mesa de madera, cemento visto y tantas cosas más. Seguro la próxima foto de tu Instagram feed saldrá de aquí.
Estando en esta panadería, aproveché para conversar con Natalie Salzmann, mente creativa y encargada de la elaboración de estos deliciosos panes que, aparte de ser sabrosos, nacen con la idea de ser amigables para todo el mundo, inclusive para aquellos sensibles al gluten.
En este acogedor espacio, podrás acompañar tu café con panes tanto salados como dulces, elaborados con masa madre, también conocida como sourdough. Recomiendo estar pendiente de sus redes sociales, pues cada día varían su oferta de panes frescos, entre los cuales destacan el country loaf, multigranos, rústico y el tradicional baguette austríaco. ¡En la variedad está el placer!
Dejamos atrás el suelo austríaco y cruzamos frontera con destino a Italia, aterrizando nada más y nada menos que en Casa Stizzoli, de los mayores exponentes de la gastronomía italiana en Panamá. Aquí la primera parada será, como de costumbre, “Il Bar”, uno de los cuatro ambientes en los cuales puedes disfrutar.
Así salen tres negronis para brindar con los amigos con quienes me deleitaré un auténtico banquete italiano. Como bien dicen aquí: Buon cibo, buon vino, buoni amici (Buena comida, buen vino y buenos amigos).
Del bar pasamos a la sala. Ya con copa de vino tinto en mano, comienzan a salir los platillos: pizza paradiso de “picadera” con masa crocante y delgada. Lleva salsa de tomate, mozzarella, mascarpone, champiñones, jamón y aceite de trufas. La acompañamos con un risotto anacapri y conchiglioni alla pastora.
Este último es una maravilla y es el plato que jamás puede faltar. ¡Presta atención a esta locura, por favor!: salsa rosa a base de ragú de carne, trozos de prosciutto crudo di parma, hongos porcini, champiñones y parmigiano grana padano. Pensarás que después de semejante #castigotime no tendrás espacio para nada más… hasta que escuchas las palabras: tiramisú Casa Stizzoli con topping de Nutella y lluvia de pistacho.
Después de visitar Austria e Italia, ahora tomamos un tiquete con regreso al trópico. Así aterrizamos en Amano, donde la pasarás ameno, sobre todo en su terraza donde respirarás aire fresco, con sombra sabrosa cortesía de los frondosos arboles que le dan vida a este espacio.
¡La partimos! Llegamos justo a tiempo para el Happy Hour, todos los días de martes a viernes de 4 a 7 p.m. Aquí son reconocidos por sus cócteles #liquid1010s de alto nivel, así que toca aprovechar la ocasión: botánico, gris lee o un salvavidas para refrescar la tarde.
Ten por seguro que más de uno te vas a tomar. Con #liquid1010 en mano brindo por todos los que nos acompañaron en este #tourclasico. Salud y hasta el próximo viaje… que quién sabe adónde nos llevará.
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